De
nuevo contemplamos el espectáculo de una sociedad que se rasga las vestiduras
como el año pasado, cuando llega el verano, de su preocupación por el nivel de
alimentación que van a tener muchas/os niñas/os de este país. Somos
trabajadoras sociales que estamos todos los días y desde hace muchos años,
peleando por acompañar a personas y colectivos, en un camino especialmente
difícil por intentar salir de unos niveles de marginalidad indignantes, incluso
en la tan manida época de la sociedad del bienestar. Y este espectáculo nos
incomoda sobremanera. ¿Qué país es este
que se preocupa sólo un tiempo por la alimentación de unos niños/as; que
propone que se habiliten centros para que los más pobres puedan ir a comer, sin
preocuparse de cuáles son las causas de esa pobreza, sin preocuparse del estigma que van a sufrir esos niños, al ser tan
visible su nivel de vulnerabilidad?. ¿Qué país es éste, qué sociedad es ésta,
que permite que se haya llegado a esos niveles tan abismales de desigualdad y
además provoca el desmoronamiento de unos servicios sociales ya de por sí muy
mermados; creando a su vez y a su costa,
bancos de alimentos, que claro dan de comer, pero con el altísimo precio de la
humillación, inmovilismo y pérdida de dignidad?
Como
ciudadanas y profesionales de lo social,
reclamamos que se trabaje realmente por conseguir unos derechos sociales
que permitan que cada persona y grupo pueda desarrollar todo su potencial,
contando con unos ingresos dignos y proclamamos: NO A LA CARIDAD, NO EN NUESTRO NOMBRE, NO CON NUESTRO SILENCIO.
Grupo Fins Aci